“para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,” -1 Pedro 1:7

Lo primero que nos dice el apóstol Pedro, es que nuestra Fe es más preciosa que el oro. La Fe es un regalo De Dios según Efesios 2:8. Por ser un regalo De Dios es considerada más valiosa que el oro.
 
Para que el oro alcance la hermosura que vemos en las joyerías tiene que ser purificado. El oro en su estado natural está mezclado con otros materiales de la tierra. No es hasta cuando es purificado con fuego que se puede observar cómo se van separando los materiales que no son parte del oro. De ese proceso en adelante el oro comienza a verse más limpio y preparado para ser exhibido como esa prenda que será comprada por alguien.
 
Nuestra fe de igual manera por necesidad tendrá que ser purificada por fuego. Esta purificación por fuego son las pruebas por las cuales como cristianos tenemos que pasar en esta vida. El Señor de forma Soberana está al tanto de estas pruebas, en otras palabras, Él está supervisando cada una de las pruebas por las cuales nos está permitiendo pasar.
 
Si Dios no nos deja pasar por pruebas, entonces nuestra fe nunca podrá llegar a ser preciosa ni alabada al final de los tiempos en la manifestación del Señor Jesucristo. Nunca se Sabra si verdaderamente amábamos al Señor con todo el corazón cuando fuésemos expuestos ante la decisión de escoger entre Dios y el pecado; eso se llama la Fidelidad a Dios, la Fe dando fruto.
 
Nunca se Sabra si en los momentos difíciles Confiábamos que el Señor iba a proveer lo necesario para el momento. Otras cosas se podrían decir que nos afectaría si nuestra fe no es probada.
 
Si estás pasando por momentos difíciles ahora mismo, recuerda que Dios está en el control de todas las cosas; aún de la prueba por la que estás pasando. Se fiel y continúa confiando que al final de los tiempos verás la recompensa de haber creído y confiando en Dios.
 
-Pastor Omar Valcárcel